El Padre Roberto Manuel Bermeo llega de Ecuador a servir en Blessed Sacrament

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PROVIDENCE - Después de casi un año de espera y demoras en los trámites de permisos de inmigración finalmente la comunidad de habla hispana de Blessed Sacrament cuenta con un sacerdote latinoamericano quien los estará acompañando con las Misas en Español y Pastoral Hispana.

El Padre Roberto Manuel Bermeo viene a préstamo desde la Diócesis Guayaquil en Ecuador. El tiene 28 años de vida sacerdotal y muchos años de experiencia en diferentes roles, como párroco, asistente del Arzobispo y también encargado de diferentes oficinas diocesanas.

El Padre Bermeo dijo: "Me he encontrado con una comunidad bien diversa de muchos países de Latinoamérica y pienso que como dice el papa la diversidad no es un problema sino una riqueza". "Cada uno desde su cultura y sus devociones puede contribuir para enriquecer y hacer una unidad en la diversidad que es lo que nos habla Pentecostés".

El padre Bermeo cuenta que se ordenó sacerdote en un congreso Eucarístico en el año 1988, y fue delegado papal. "Siempre he estado en mi país, nunca he salido a trabajar afuera ni pensé en que estaría algún día sirviendo en los Estados Unidos como misionero, de hecho he visitado los Estados Unidos varias veces como turista y ahora por esas cosas de Dios se me pidió venir para acá y aquí estoy".

El Padre Bermeo añadió: "cuando uno está en su casa, uno se siente bien, y yo me siento en Blessed Sacrament, como si estuviera en mi casa, porque creo que Dios me ha traído a Blessed Sacrament, nunca lo pedí, ni lo busqué y creo que es la voluntad de Dios que yo esté sirviendo aquí".

Le preguntamos al Padre como surgió su vocación.

"Yo como cualquier muchacho joven, poco iba a Misa, pero llegó una época en que tuvimos que cambiarnos de casa, y llegamos a una zona pobre de las periferias, la casita era de caña, no teníamos luz y yo ya tenía mis 18 años, cuando mi hermana que tampoco iba mucho a misa me dijo un día de semana, ¡vamos a la Misa!".

"Y como no había más que hacer dije vamos". "Y dios me castigó la boca como dije no hay nada más que hacer, él dijo ahora me servirás por el resto de tu vida", él añadió.

"desde entonces continué asistiendo a la Iglesia y el Señor fue obrando y obrando hasta que mi vocación se fue desarrollando".

Le preguntamos al Padre, que les diría a aquellos jóvenes que sienten que tal vez el Señor les esté llamando pero no están seguros o tienen miedo a dudas a seguir.

"Una cosa que tenemos que hacer siempre es experimentar, yo me dije: yo no sé si seré sacerdote, pero voy a hacer todo lo posible por vivir mi vocación al máximo y aprender mientras esté por los 7 años en el seminario y al final si yo veo que es mi camino aceptaré la consagración".

El Padre Bermeo dijo también que si no termino siendo sacerdote, no habré perdido, habré ganado una educación muy buena, que me servirá para toda la vida, para ser un buen hombre y un buen esposo.

"No quiero decir que el camino es fácil porque cuando sigues a Dios siempre hay obstáculos pero perseveramos y con la ayuda de Dios estamos aquí después de todos esos años", él añadió.